-Un hombre civilizado no tiene ninguna necesidad de sopotar nada que sea desagradable. En cuanto a realizar cosas, Ford no quiere que tal idea penetre en la mente del hombre civilizado. Si los hombres empezaran a obrar por su cuenta, todo el orden social se vería trastornado.
-¿Y, entonces, en qué queda la autonegación? Si ustedes tuvieran un Dios, tendrían una razón para la autonegación.
-Pero la civilización industrial solo es posible cuando no existe autonegación.
-¡Tendrían ustedes una razón para la castidad! -dijo el salvaje, sonrojándose ligeramente al pronunciar estas palabras.
-Pero la castidad entraña la pasión, la neurastenia. Y la pasión y la neurastenia la inestabilidad, y esta el fin de la civilización. Una civilización no puede ser duradera sin contar con una importante cantidad de vicios agradables.
-Pero Dios es la razón que justifica todo lo que es noble, bello y heroico. Si ustedes tuvieran un Dios...
-Mi joven y querido amigo -dijo Mustafa Mond-, la civilización no tiene ninguna necesidad de nobleza ni de heroísmo. Ambas cosas son síntomas de ineficacia política. Donde hay guerras, donde hay una dualidad de lealtades, donde hay tentaciones que resistir, objetos de amor por los cuales luchar o que defender, es evidente que la nobleza y el heroísmo tienen algún sentido. Pero actualmente no hay guerras. Se toman todas las precauciones posibles para evitar que cualquiera pueda amar demasiado a otra persona. No existe la posibilidad de elegir entre dos lealtades, todos están condicionados de modo que no pueden hacer otra cosa más que lo que deben hacer. Y esto resulta tan agradable que realmente no existen tentaciones que uno deba resistir. Y si alguna vez ocurriera algo desagradable, siempre se puede dispones del soma, que puede ofrecernos una vacaciones de la realidad. El soma calma nuestra ira, y nos reconcilia con nuestros enemigos, nos vuelve pacientes y sufridos. Actualmente cualquiera puede ser virtuoso. Uno puede llevar al menos la mitad de su moralidad en el bolsillo, dentro de un frasco. El cristianismo sin lágrimas: esto es el soma.
-Pero las lágrimas son necesarias. ¿No recuerda lo que dice Otelo?: "Si después de cada tormenta vienen tales calmas, ojalá los vientos soplen hasta despertar la muerte".
Aldous Huxley, Un mundo feliz, 1932, ed. Contemporánea, edición de 2005. Texto comprendido entre las páginas 235 y 236.
Cuando leí este libro hace ya unos años una de las cosas que más me sorprendió es como un libro escrito hace 78 años puede tener una relación con el presente tan significativa. En cuanto a este fragmento me inquieta el análisis que hace el autor de esa sociedad, aunque por fortuna nosotros no estamos "programados" desde que nacemos a pesar de la herencia biológica. Aunque podemos decidir por nosotros mismos la sociedad nos determina desde que venimos al mundo: de pequeños vamos al colegio, del colegio al instituto, del instituto a la universidad y ¿para qué? Para al final, y con suerte, terminar trabajando en algo que nos guste, y poder vivir así el resto de nuestras vidas, intentando ser lo más felices posibles.
¿Qué pasaría si no pudiésemos elegir? Si no tuviesemos inquietudes, intereses fuera de lo común. Nada, no pasaría absolutamente nada, porque todos seríamos felices haciendo lo que tenemos que hacer; pero, ¿y si apareciera alguien que si las tiene?, ¿que se sale de lo común? ´
Hay una parte del libro en la que se habla de producir 96 mellizos extraídos de un solo óvulo, exactamente iguales, listos para las fábricas.
¿Qué sería de una vida así? Sería un proceso biológico más. Pero esto es solo un libro.
Gran artículo María. Aunque sea sólo un libro su poder de aventurar el futuro es asombroso.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarCada vez nos acercamos más al mundo de que nos relata Huxley, se vive en una sociedad cada vez más controladora y opresora, cuanto más nos acercamos a ella, cuanto más distraídos estamos y más suplicamos control sobre nosotros, ignorando cada día lo que pasa, no sólo fuera sino dentro de nuestro ser, nos olvidamos realmente de nuestra naturaleza y libertad, un vida así Maria, ya no sería vida, solo seriamos como autómatas, sin sentimientos, si la libertad ya es muy poca en estos tiempos, imagina... En un futuro se perdería todo, sólo por querer alcanzar esa felicidad a la que todos aspiramos y no nos damos cuenta que la tenemos tan cerca y al alcance de todos...buen trabajo. Saludos.
ResponderEliminar